Un mes para reivindicar los derechos de las mujeres
Durante el mes de marzo, más de las mujeres, se han producido en todo el planeta manifestaciones para reclamar que todavía queda mucho camino por recorrer para alcanzar la igualdad como seres humanos, hombres y mujeres. La Iglesia no es ajena a esta realidad, sino que está detrás de la sociedad en el reconocimiento de la dignidad igual de hombres y mujeres.
La Iglesia, una institución masculina y jerárquica
Lejos de ser la comunidad de iguales que formó Jesús, donde ellas ejercieron como discípulos y diaconisas, la Iglesia de nuestros tiempos es una estructura piramidal con los hombres célibes al mando. En las últimas semanas se han organizado en España grupos de mujeres católicas en 26 ciudades bajo el lema «Memoria y Esperanza, hasta que la igualdad se haga costumbre».
Mujeres católicas, voz profética y esperanzadora
Estos grupos exigen que el clericalismo deje de ser, como dice Francisco, ese «azote que duele a la Iglesia y esclaviza al santo pueblo fiel de Dios» y que, en cambio, se haga costumbre la fraternidad, la dignidad de toda persona y su derecho pleno a participar de toda la vida de la Iglesia, incluyendo la sacramentalidad y la toma de decisiones.
En su camino de reivindicación, estos grupos unen sus voces a las de las mujeres (y también hombres) de todo el mundo en la Iglesia católica. Es una semilla de esperanza que ya está brotando y experimentándose en la mesa sinodal y en tantas mesas compartidas entre hombres y mujeres seguidores de Jesús de Nazaret.
