Viajes de agua
Si esta primavera no llueve como Dios manda, el gobierno catalán activará el plan para llevar agua en barcos desde la desalinizadora de Sagunto, en la Comunidad Valenciana, hasta el puerto de Barcelona. Así lo han acordado esta semana el conseller Mascort y la ministra Ribera, con el visto bueno del presidente Mazón, como solución para paliar los efectos de la emergencia por sequía cara al verano. El gobierno español pagará el agua y el catalán, el transporte y las conexiones con el puerto. Esto es lo que ha trascendido públicamente, pero en ningún sitio he encontrado el coste que tendrán estos viajes de agua de una comunidad autónoma a otra y cómo repercutirá en los bolsillos de los contribuyentes. Desconozco también las razones de fondo por las que se ha descartado la operación de trasvase de agua del río Ebro, que quizás muchos coincidiríamos en que, por el abundante caudal de agua que lleva, que incluso obliga a abrir las puertas del pantano de Mequinenza, debería ser la primera opción, el plan A. No se entiende que por un lado el Ebro sea intocable mientras el río Ter se expresa al máximo con afectación de su caudal ecológico para cubrir las necesidades de la capital del país. Y cada día son más las voces de las comarcas gerundenses que hablan de discriminación y maltrato territorial. En serio que rezo para que caigan aguaceros.