Una entrevista reveladora
Jair Domínguez ha participado en una conversación con La Tarde de Catalunya Ràdio que ha dejado a sus seguidores boquiabiertos, mostrando una versión de sí mismo más íntima. Hace casi un año, el conocido presentador de El Búnquer admitió abiertamente sus dificultades con el consumo de alcohol. Desde ese momento, ha comenzado un viaje hacia la abstinencia y ha querido compartir sus aprendizajes para apoyar a aquellos que puedan estar lidiando con un desafío similar.
Reflexiones sobre su pasado
En su revelación inicial, Domínguez confesó que su consumo de alcohol era elevado. Diez meses más tarde, ha reflexionado sobre la perspectiva que tenía respecto al alcohol en ese tiempo: “Solía beber de manera esporádica, siempre que surgía la oportunidad. En mi círculo, el consumo de alcohol se veía como algo cotidiano, y creo que este es el verdadero inconveniente. Hemos normalizado tanto esta práctica que consideramos más raro a quien no ingiere bebidas alcohólicas. Para mí, resultaba asombroso que alguien pudiera optar por no beber. Me proponían ir por unas cervezas, y yo terminaba tomando dieciséis. Era incapaz de limitarme a solo una, simplemente no era una opción para mí”.
El desafío de dejar el alcohol
Las primeras tres semanas sin tocar una gota de alcohol le parecieron las más complicadas. “Me consumía un montón de agua con gas porque sentía la necesidad y necesitaba experimentar otras bebidas para reemplazarlo. Probé muchas cosas, incluso el kombucha, que me pareció horrible. Tenía claro que quería dejar de beber. No esperé a que un médico me dijera que podría morir si seguía bebiendo. Fue una decisión que tomé de manera consciente, y eso lo facilitó. Lo que más me preocupaba era enfrentar el primer verano que llegaba, mucho más que el del año anterior”.
Manteniendo la distancia del alcohol
Actualmente, se siente confiado y considera que ha superado esta adicción. “Tenía miedo de las celebraciones navideñas, el verano caluroso porque pensaba que desearía beber cerveza a cada instante, y los primeros encuentros con amigos tras mi decisión era algo que me inquietaba… pero me aguanto”.
Reacciones de su entorno
Sobre cómo reaccionó su círculo cercano, Domínguez contó que hubo personas que pensaron que era una broma o parte de una campaña cómica, mientras que otros tomaron su decisión muy en serio: “Curiosamente, en el ámbito digital recibí mensajes de personas que me expresaron que dejarían de seguirme por haber dejado de beber, incluso algunos me insultaron”.
Un testimonio que inspira
Aunque su intención no era abordar este tema en medios de comunicación, decidió enviar un mensaje en Twitter, ya que consideraba crucial recordarlo. A raíz de esto, muchas personas le han escrito para agradecerle, afirmando que su historia les ha inspirado a avanzar y realizar cambios positivos: “Creo que aquellos de nosotros que contamos con micrófonos y cámaras, tenemos la responsabilidad de hacerlo, ya que podemos ser una ayuda para otros”.
Apoyo de su pareja y familia
Tomar la decisión de dejar el alcohol es un proceso complicado, pero Domínguez está agradecido por contar con el apoyo de su pareja, Neus Rossell, quien nunca ha tocado una bebida alcohólica. “Ella no tiene ni idea de lo que es el sabor del alcohol”. En la actualidad, sus hijos también lo alientan en este camino, sugiriendo que celebre una fiesta cuando cumpla 365 días completamente sobrio, sin catas de vino ni cervezas.