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Una comida entre amigas que se convierte en un duelo inesperado

by PREMIUM.CAT
un plat de menjar amb una llamàntol i cebes al damunt i un got de cervesa al fons amb una persona que s'apropa a un tros de menjar, Andrew Robertson, fotografia professional d'aliments, una foto d'estoc, fotorealisme

Un plato irresistible

Marta, con los ojos brillantes de expectativa, se acercó al plato lleno de marisco, fijándose en la cigala que destacaba por su tamaño y brillo. Escondido bajo una capa de cebolla dorada y aceite, este delicado alimento parecía llamarla, prometiendo un sabor excepcional.

La competencia inesperada

En ese preciso instante, Joana, completamente absorbida por su conversación sobre un traje animal print que consideraba para una boda, empezó a moverse hacia la cigala. Sin darse cuenta, había entrado en un duelo por la delicia del plato, una competencia que amenazaba con hacer estallar el momento.

Conflicto de prioridades

Marta, confusa, alzó la vista hacia Juana mientras ésta se lamentaba sobre la posibilidad de no ser la única con ese vestido elegante. Sus dedos, rápidos y decididos, buscaban la cigala, mientras Marta sólo conseguía tocar un trozo de cebolla, dejándola en una situación de estancamiento.

Un placer gustativo

Sin esperar más, Joana rompió la cabeza de la cigala y chupó su interior, inmersa en una explosión de sabores. El marisco, con un toque de picante, hizo que cerrara los ojos, dejando atrás las preocupaciones sobre la moda. El momento era sólo suyo, y el sabor intenso la transportaba a otro mundo.

Un accidente inesperado

Pero la magia del momento se rompió cuando un chorro del jugo salpicó la camisa de Marta, que, totalmente olvidada, vio cómo su amiga se perdía en la delicia del plato. Joana, inmersa en su placer, no notó el rojo que iba subiendo por el rostro de Marta.

El sabor de la rivalidad

Con la cabeza del marisco superado, Juana descubrió la carne tierna de la cigala, mojándola en el aceite del plato antes de llevarla a la boca. Cada mordisco era una explosión de sabor marino, mientras ella se dejaba llevar por la textura suave y el gusto intenso que la hacía olvidar todo alrededor.

La reacción final

En un momento de frustración, Marta decidió actuar. Cogió la copa de vino blanco de la Terra Alta y, con un gesto dramático, la volcó sobre Juana, gritando con pasión frases que, en medio de su sorpresa, Juana no podía seguir. El almuerzo, que había comenzado como una reunión amistosa, se había convertido en un auténtico espectáculo.

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