Un precedente en la responsabilidad parental
El 30 de noviembre del 2021, Ethan Crumbley, un joven de 15 años, irrumpió armado en el Instituto Oxford de Michigan, en Estados Unidos, y cometió un tiroteo que acabó con la muerte de cuatro adolescentes y otras siete personas heridas , incluyendo un profesor. El Tribunal de Michigan ha condenado a los padres de Ethan, Jennifer y James Crumbley, a una sentencia de hasta 15 años de cárcel por su implicación en este trágico evento, siendo esto el primer caso del país donde unos progenitores son declarados culpables de homicidio involuntario por el crimen cometido por su hijo.
Responsabilidad parental
Esta sentencia marca un precedente legal en la responsabilidad que tienen los padres en los actos violentos cometidos por sus hijos menores de edad. El tribunal determinó que los Crumbley permitieron que Ethan tuviera acceso al arma utilizada en el tiroteo, que había sido adquirida por su padre sólo cuatro días antes de los hechos. Además, se apreció que los progenitores pasaron por alto los problemas de salud mental de su hijo, pese a las evidentes muestras de conflicto emocional que había mostrado antes del evento.
La defensa y las disculpas de los padres
Durante el juicio, la defensa de los Crumbley intentó argumentar que los padres no podrían haber previsto los actos violentos de su hijo. Sin embargo, tanto Jennifer como James Crumbley dirigieron disculpas a los familiares de las víctimas, reconociendo sus posibles carencias en la prevención de esta tragedia. La pareja ya había sido detenida desde el mismo día de los hechos, a la espera del veredicto judicial.
Otros casos y la repercusión de la sentencia
Estados Unidos ya ha visto otros casos en los que los padres han sido declarados culpables por la conducta imprudente de sus hijos, en especial en relación a incidentes con armas de fuego. Sin embargo, la resolución del caso Crumbley representa un paso significativo en la responsabilidad de los progenitores frente a los actos de sus hijos menores. Esta sentencia puede tener implicaciones significativas en casos similares en todo el país, abriendo un debate sobre la tenencia de armas de fuego y el papel de los padres en la prevención de crímenes violentos cometidos por sus hijos.