Un siglo de Pirelli en Manresa
En pocos días se cumple un siglo de la fundación de la fábrica de Pirelli en Manresa, que en 1924 ya no era la cuarta en población de Cataluña, como veinte años antes, porque las ciudades del entorno de Barcelona se estaban estirando a un ritmo superior, pero todavía era una potencia industrial y una ciudad cuya pujanza ahora nos haría ver visiones: en ese mismo trienio se inauguraron también la Fábrica Nueva y el Kursaal, por ejemplo.
Un recuerdo para Manresa
Recordar la potencia de esa cumbre histórica debe ser útil hoy, cuando Manresa se encuentra en un momento particularmente bajo después de una década en la que ha perdido posiciones muy rápidamente respecto a las otras ciudades comparables. Lo que hizo mayor a aquella Manresa fue que estaba bien situada para llenar las velas con los vientos de aquella fase económica y que tenía gente emprendedora y un buen capital social. Luego, los vientos de la economía cambiaron; la guerra y el exilio descapitalizaron la ciudad humanamente, ya las sucesivas crisis productivas de los setenta y los ochenta se ha añadido un retroceso repentino tras la gran crisis iniciada en 2008, de cuyos efectos apenas estamos empezando a tomar conciencia. Pirelli detuvo la producción en el 2009, pero de hecho todavía está viva: tiene cien trabajadores y mucha actividad. Al fin y al cabo, éste es un mensaje de esperanza: nada se pierde del todo, y siempre es posible volver a empezar. Es necesario hacerlo.
