Un nuevo horizonte lingüístico en la escuela Jacint Verdaguer
En la Escuela Jacint Verdaguer en Tàrreve, un grupo de doce madres, que no dominan catalán, ha encontrado la oportunidad de aprender el idioma a través de las sesiones de conversación. Esta iniciativa nació en respuesta a la creciente demanda de apoyo lingüístico y es promovida por el programa de voluntariado de idiomas, administrado por el consorcio para la normalización lingüística.
Colaboración y aprendizaje compartido
Las reuniones, que reúnen a seis voluntarios con madres, proporcionan un espacio para practicar catalán, aunque los participantes solo tienen conocimiento básico. La idea es crear una atmósfera cálida y acogedora donde puedan expresarse sin miedo. Esta actividad, que comenzó en enero y se espera que termine en abril, podría continuar si la demanda lo permite.
Reflexiones del director
Manel Rodríguez, director de la escuela, ha expresado su satisfacción con el proyecto, diciendo que aprender catalán no solo beneficia a las madres, sino que también favorece la integración familiar dentro de la escuela. «Ayuda a la comunicación con los maestros y facilita el apoyo a las tareas de sus hijos. Es una ganancia para todos nosotros», dijo.
Una solución comunitaria a una necesidad lingüística
La iniciativa nació después de que la escuela realizó una encuesta de padres para encontrar voluntarios para diversas actividades. La sorpresa fue que la mayoría de las ofertas recibidas estaban relacionadas con la enseñanza de catalán. Rodríguez dijo que se han buscado soluciones para la necesidad de clases catalanas durante algún tiempo.
Materiales y apoyo práctico
El centro se ha agregado al programa CNL, que proporciona materiales y recursos para situaciones cotidianas, incluidos aspectos relacionados con la salud. La dinámica del lenguaje de voluntariado de Lleida, Freedom Blan, enfatizó que el objetivo es fomentar la fluidez y la confianza en el uso de catalán, alejándose de un enfoque estrictamente académico.
Un enfoque cultural y social
La voluntaria Antoni Oriola ha comentado la importancia de proporcionar herramientas de las madres para que puedan comunicarse cómodamente. También enfatizó que el aprendizaje no solo es lingüístico, sino también cultural. El voluntario Mercè Viladrich agregó que el intercambio beneficia tanto a los alumnos como a los voluntarios.
Entornos de práctica lingüística
El consorcio también facilita la inmersión del lenguaje a través de establecimientos comerciales y entidades que colaboran con el programa. Esto permite que las parejas del idioma practicen en situaciones reales, como en los cafés, donde saben que serán atendidas en catalán, fortaleciendo así su aprendizaje.
El futuro de la iniciativa
Aunque las reuniones terminarán en abril, Rodríguez ha declarado que si hay interés tanto de voluntarios como de aprendices, la escuela continuará ofreciendo este espacio de aprendizaje. «La demanda de aprendizaje catalán es muy alta», concluyó.
Un modelo replicado en Lleida
La iniciativa TàrreGA no es un caso aislado. A lo largo de Lleida, se celebran varias reuniones lingüísticas, tanto en el campo educativo como en otros sectores, como cultural, social y comercial. Por ejemplo, también se está implementando un programa similar en la Escuela de Alfarràs de Pinyana, así como en otros institutos de la región.
Además, bibliotecas y organizaciones como Caritas de Almenar y la Asociación Down Lleida han comenzado a aprender sesiones catalanas. Los pares lingüísticos también se han creado entre trabajadores de varias empresas y profesionales de la salud, ampliando así la red de aprendizaje comunitario.