La conexión entre Blanco y Cataluña
El escritor uruguayo Sergio Blanco ha establecido un vínculo muy especial con Cataluña y Girona ocupa un lugar destacado en esta relación. Su reciente presentación de ‘Tierra’ en El Canal de Salt marca su séptima aparición en el festival Temporada Alta. ‘Para mí, el otoño comienza cuando llego a Salt’, compartió Blanco durante el debate que siguió a la función.
La singularidad de la ‘Tierra’
‘Tierra’ no es sólo una obra, sino una reflexión profunda sobre la pérdida y el impacto de los maestros en nuestras vidas. Inspirada en la muerte de la madre del autor, en 2022, la obra se distingue por su capacidad de fusionar la investigación personal con un ritual emocional. Blanco evita el sentimentalismo gratuito y, en su lugar, presenta un homenaje genuino a su madre, Liliana Ayestarán, quien fue profesora de literatura.
Un retrato a través de los testigos
La narrativa se construye mediante las voces de dos exalumnos y una trabajadora del instituto, aportando una perspectiva rica y matizada sobre la influencia de Liliana. A través de sus experiencias, el público puede ver cómo las huellas de su enseñanza perduran.
Un teatro que desafía la percepción
Blanco utiliza una combinación de realidad, ficción y artificio para explorar los límites del teatro. La obra comienza con ‘Bad Guy’ de Billie Eilish, un detalle que desconcierta a la audiencia y crea una atmósfera única. El gimnasio del instituto se convierte en el escenario donde se desarrolla la trama, y el objeto central —el dietario de la madre— se convierte en un elemento simbólico que desafía nuestra comprensión de lo real.
Personajes con profundidad
Los personajes que habitan ‘Tierra’ son meticulosamente construidos. Cada uno tiene una relación única con la madre del autor, desde la perspectiva de la exalumna hasta la limpiadora. A través de estos vínculos, se revela la figura de Liliana como una educadora y una perdurable influencia.
El arte de recordar y el ritual del duelo
La obra, con su ritornillo cerebral, evita la emoción desbordante y opta por un enfoque más sutil. Las escenas de luto y memoria se presentan con un cuidado meticuloso, donde cada acción tiene un significado profundo. Las conversaciones sobre la limpieza de tumbas y el cuidado de los objetos revelan una sensibilidad poética que resuena con el público.
Reflexiones sobre la pérdida
Uno de los momentos más potentes de la obra es cuando Soledad Frugone reflexiona sobre la paradoja de buscar a los desaparecidos. Esta idea de volver a la tierra con dignidad se convierte en un hilo conductor que une a los diferentes testimonios y experiencias.
Un final que invita a la reflexió
Aunque la obra puede parecer larga y con un ritornillo contenido, es precisamente en los momentos en que la línea entre realidad y ficción se desdibuja que se revelan las verdades más bellas. Las lágrimas, tanto de mentira como de verdad, son un recordatorio de la grandeza del teatro. En el debate posterior, Blanco citó a San Agustín, recordándonos que las palabras son la herramienta para conectar con los que ya no están.
Con cada nueva visita, Blanco reafirma su conexión con Catalunya, dejando vislumbrar que, con su arte, ha encontrado un segundo hogar en esta tierra.