El PSC busca pactos para salir del gobierno en solitario
Hace casi un año se celebraron las elecciones municipales en Barcelona. Desde entonces, el PSC gobierna el ayuntamiento sin mayoría, con Jaume Collboni como alcalde. La situación es complicada, ya que no ha logrado llegar a acuerdos estables con ninguno de los partidos que forman el pleno municipal. Cada semana, ya veces todos los días, se especula con la posibilidad de un pacto, sea con un tripartito o con un bipartito. Pero la realidad es que nada cambia y que, de momento, aunque algunos afirman que el pacto está hecho, se sigue como hace ocho meses: gobierno en minoría y presupuestos sin aprobar.
Los posibles socios del PSC: de Trias a Colau y ERC
Hasta hace una semana, parecía que el pacto más probable era el que uniría al PSC con el grupo de Xavier Trias, que fue alcalde de Barcelona entre el 2011 y el 2015. Pero días después, las cosas giraron: se abrió la lleva a un posible acuerdo con Barcelona en Comú, el partido de la exalcaldesa Ada Colau, y con Esquerra Republicana de Catalunya, que perdió a su líder municipal, Ernest Maragall, que se marchó a formar su propio partido. La salida de Maragall facilita el posible entendimiento con los republicanos, ya que tenía una enemistad personal con sus antiguos compañeros de partido y nunca pactaría con Collboni, a quien no le reconocía ninguna autoridad. Por tanto, su marcha era imprescindible para poder hablar de pactos.
Los obstáculos para un tripartito: Colau y su futuro político
Pero Maragall no era el único problema para un posible tripartito: Ada Colau, que fue alcaldesa de Barcelona hasta el pasado mayo, es otro obstáculo para Collboni. Los años que compartieron de gobierno fueron de mucha tensión entre ambos. Colau nunca le dejó tener un papel relevante, sólo cuando faltaban unos meses para las elecciones, Collboni empezó a mostrar su personalidad, con el consiguiente malestar de Colau, que le quería fuera del equipo de gobierno. Hay un refrán que resume muy bien por qué no debe ser: “No sirvas a quien sirvió, ni pidas a quien pidió, ni mandes a quien mandó”. Todos esperaban que la líder de los comunes dejara al ayuntamiento: primero le propusieron ser ministra, después encabezar la lista en las europeas -que están cerca- y en todas las ofertas dijo que no. Durante unos meses estuvo callada, pero ya se sabe que Colau no puede estar quieta, le supera. Incluso aprovechó un cambio de look. Nadie imagina a Colau de vicealcaldesa.
¿Qué pretende Colau? Dice que su objetivo es hacer política municipal. Nadie se lo vende, es demasiado ambiciosa. Irse de Cataluña lo tiene difícil por un tema personal; retirarse en un cargo bien remunerado, tampoco. Se dice que puede aceptar el tripartito por no dejar solo parte de su equipo, como Janet Sanz, por ejemplo, que últimamente en las reuniones del ayuntamiento se muestra muy alterada, e incluso llama más de la cuenta.
Lo que aspira Colau es ir de cabeza de lista a las autonómicas y calcula que cualquier partido que gane las elecciones necesitará contar con uno o más partido para gobernar, y allí estará Colau para entrar en el gobierno como consejera. Éste es su objetivo, según indican. Sabed que no puede alejarse de Barcelona, además de un tema personal, porque ella es el partido. Si se va, puede estallar y pasarle como Podemos. Lo sabe, es consciente de ello. Hay que seguir al pie del cañón, aunque esté medio estropeado.
Lo que espera la ciudadanía: un gobierno que gobierne
Esto es lo que queda: tripartito o bipartito, y hasta el último minuto no se puede predecir. Ahora bien, ¿qué es lo que espera la ciudadanía barcelonesa? Un gobierno que gobierne, que devuelva a Barcelona todo su esplendor y liderazgo, que hable con todos los sectores económicos y busque complicidades. ¿Con Colau y sus chicos/as lo conseguirán? Hay serias dudas en muchos sectores que celebraron la pérdida del gobierno municipal. Volver ahora no se ve como un progreso, sino un retroceso.
