Un Comienzo Alarmante
La primera sensación que lo atraviesa es un intenso dolor de cabeza, con pinchazos inclementos en el frontal. Con esfuerzo, intenta abrir los ojos, pero los párpados parecen pesados como el plomo. Decide que lo mejor es quedarse quieto un momento, intentando recuperarse del desconcierto.
Un Vacío en la Memoria
La angustia de la sed le lleva a pensar en un vaso de agua que descansa en la mesita de noche, pero sus brazos parecen estar atrapados en un estado de entumecimiento. En su interior, una sensación de fatiga extrema se instala, como si hubiera participado en una prueba física agotadora. Intenta recordar los acontecimientos del último día, pero todo es una negrura opaca, un vacío que le angustia.
Un Recuerdo del Trabajo
De repente, una imagen emerge: él en la oficina, rodeado de documentos y gráficos que necesitaban atención. Un malestar repentino comienza a apoderarse de él, un dolor punzante en el pecho que le quita el aliento. Quiere levantarse, buscar ayuda, pero el mareo le golpea con fuerza, como si una mano invisible le estrechara el corazón.
La Presencia de un Amigo
Vicente, su compañero, se percibe a su lado con una expresión de inquietud. Le ofrece un vaso de agua, y en un momento de confusión, él termina mojando a su amigo en un intento de ser atendido. La preocupación se palpa en el ambiente, mientras Vicente intenta comunicarse con los servicios de emergencia, llamando su nombre sin recibir respuesta.
Un Entorno Desconocido
La conciencia de un espacio extraño le sacude. A su lado no está Silvia, que habitualmente se levanta antes que él. La inquietud crece y la falta de ruidos familiares, como el café que habitualmente se prepara por la mañana, amplifica su ansiedad. Un olor desconocido, parecido a madera nueva, le hace reflexionar sobre su situación.
La Búsqueda de Respuestas
Con un esfuerzo titánico, decide levantarse, pero no logra encontrar el interruptor de la luz. El tacto de las paredes es desconcertante, y la comprensión de que no se encuentra en casa le golpea con una ola de pánico. Su corazón late con fuerza, el miedo lo consume, y grita desesperadamente por Silvia, esperando que alguien responda.
Silencio y Tinieblas
Fuera, la noche se ha caído, pero la luna brilla con una intensidad que contrasta con la oscuridad en la que se encuentra atrapado. Los sonidos de la naturaleza, como el canto de un grillo, resuenan lejos, ignorando su calvario. El día ha sido caluroso, y las flores que le rodean comienzan a perder su vitalidad, reflejando su propio estado de angustia.