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Cena ensaladas: lechuga, opciones y entretenidas

by PREMIUM.CAT
un bol blanc ple d'enciam a sobre d'una taula de fusta al costat d'una taula de tallar i un ganivet, Choi Buk, verd, una foto d'estoc, superplana

Lechuga: entre defensores y detractores

Cuando se habla de lechuga siempre hay dos grupos que acaban enfrentados. Quienes le defienden y quienes le detestan. Entre los primeros encontramos a quienes consideran la lechuga como el alimento comodín cuando están a dieta o no saben qué cenar y encuentran en una bolsa de ensalada la mejor opción para ser rápida, saludable y económica. Entre quienes no pueden ni verla destacan aquellos que aseguran que se les pone fatal y afirman que la lechuga es complicada de digerir, sobre todo por la noche, dificultando el sueño.

¿Por qué cenar ensaladas puede ser una mala idea

La nutricionista Júlia Farré confiesa que una de las preguntas que más escucha casi a diario es la de si cenar lechuga provoca hinchazón abdominal. Por eso ha dedicado un vídeo a este tema en sus redes sociales. Aquí explica que «la lechuga es básicamente agua. Aunque tiene fibra y otros nutrientes, es un 90% agua. Por lo que se considera un alimento de baja calidad nutricional y muy pocas calorías», sentencia.

Visto así, no tiene sentido pensar que la lechuga es un alimento difícil de digerir. «Pero sí puede causar algunos problemas al tratarse de un alimento que se consume crudo», continúa la experta. La lechuga es un vegetal que se come crudo. Cuando comemos alimentos crudos, el estómago tiene mayor trabajo. Es decir, lo que hace una cazuela al cocer los alimentos, debe hacerlo el estómago, dicen los nutricionistas sobre las dificultades que pueden surgir cuando consumimos lechuga, explicación que da la razón a quienes dicen que por la noche se les pone fatal. Si es tu caso, la recomendación de esta nutricionista es que lo consumas a la hora de comer y te olvides a la hora de la cena.

Otras opciones que son mejores

Varios estudios demostraron que la lechuga iceberg es la que más gases provoca, lo que si lo sumamos a los resultados obtenidos por otro estudio de la universidad de Harvard, en el que se confirmaba que este tipo de lechuga era la que menos nutrientes tenía, nos da un resultado claro: si se te pone mal, no te lo comas, no te pierdes nada.

Pero cenar una ensalada no sólo es algo habitual en verano debido a que es fresco, también es muy saludable y rápido de preparar. Por eso, cuando quieras cenar una ensalada apuesta por las variedades más fáciles de digerir. En esta lista, al frente encontramos la rúcula y las espinacas. Ambas opciones más interesantes nutricionalmente y con menor tasa a la hora de hablar de problemas digestivos.

Otra solución es reducir la cantidad de hojas crudas y enriquecer este cuenco con alimentos cocinados (que no tienen por qué ser calientes). Atún en lata, pimientos asados, queso fresco, encurtidos (ricos en probióticos) o incluso huevo duro o patata cocida son opciones que aportan sabor, nutrientes y que te ayudaran a reducir la hinchazón abdominal. Por último, aunque no menos importante, es prestar atención a las salsas y complementos. Cuando éstas son picantes, muy densas o ricas en azúcar, la digestión se vuelve pesada, y no es justo que sólo le demos la culpa a las hojas de lechuga. Cada ingrediente que añades al plato cuenta, por bueno y por malo.

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