Un nuevo panorama político en Cataluña
El debate de investidura y la crisis estratégica de ERC han desplazado el enfoque del verdadero dilema que enfrentan los partidos de obediencia catalana. Durante años, estos partidos, conocidos como independentistas, han perdido su dominio en la Generalitat, algo inédito en la historia electoral del parlamento catalán. Siempre había existido una opción ganadora para los partidos ERC, CiU (y derivados) y CUP (con la ayuda, en 1980, de de Centristes de Catalunya). Sin embargo, en la actualidad, la suma de votos de ERC, Junts, la CUP y la recién llegada Aliança Catalana solo alcanza 61 diputados, marcando un periodo de debilidad sin precedentes.
La crisis de liderazgo y la falta de estrategia
La atención se ha desviado hacia debates secundarios, como el futuro de Junqueras o las habilidades de Puigdemont para presionar al PSC, en lugar de abordar el dilema central: cómo recuperar la hegemonía en Cataluña. La crisis actual es monumental y carece de soluciones claras. La incertidumbre se agrava con la falta de una estrategia clara por parte de los partidos de obediencia catalana.
La necesidad de un enfoque constructivo
Es crucial cambiar el enfoque y buscar la manera de que la mayoría de diputados del parlamento catalán sean de obediencia catalana, lo cual es fundamental para el futuro de la región. Esto implica superar las disputas internas, renovar el liderazgo con figuras más jóvenes y enfocarse en la construcción del país en lugar de centrarse únicamente en el discurso político.
Desafíos y perspectivas
Los partidos enfrentan el desafío de enterrar las diferencias internas, ofrecer opciones de liderazgo generacional y adoptar una visión de construcción de país. La supervivencia y la durabilidad de los partidos dependerán de su capacidad para regenerarse y adaptarse a las demandas actuales. Es fundamental que los partidos de obediencia catalana recuperen su relevancia para el futuro de Cataluña.
