Introducción
Tras la expresión techo de vidrio, también se ha popularizado la del precipicio de vidrio. Este término fue acuñado por los profesores Michelle K Ryan y Alexander Haslam de la Universidad de Exeter. El precipicio de vidrio también se refiere a las mujeres y tiene un cálculo mucho más maquiavélico que el techo de vidrio.
El precipicio de vidrio en diferentes ámbitos
El precipicio de vidrio se presenta en distintos ámbitos como empresas, política y ámbito cultural. Cuando existe una situación de crisis irresoluble, como expedientes de reducción de empleo, los jefes masculinos ceden a las mujeres sus altos cargos con condescendencia. Esto hace que las mujeres tengan que gestionar la crisis que ellos han generado, mientras ellos se desentienden. Consiguen quemar y calcinar a las mujeres que les dan miedo. Superada la crisis, las mujeres son relegadas a su sitio inferior habitual.
La situación en Cataluña
En Cataluña, sólo el 37% de los altos cargos están ocupados por mujeres. Además, las mujeres cobran unos 5.900€ brutos anuales menos que los hombres. El 80% de los contratos con reducción de jornada son de las mujeres y, de éstos, un 95% es para cuidar las tareas domésticas y de cuidado. Todo esto sin recibir el reconocimiento y las recompensas que merecen por estos sacrificios.
La necesidad de cambio
Es necesario trabajar para empoderar a las mujeres en ámbitos como el tecnológico, donde se prevé un gran futuro. Es necesario superar los estereotipos y las barreras que impiden a las mujeres acceder a estos ámbitos. También es importante implementar protocolos contra el acoso y promover la igualdad de género en las empresas.
Conclusión
El precipicio de vidrio es una realidad que afecta a las mujeres en el mundo laboral. Es necesario trabajar para eliminar esa discriminación y garantizar la igualdad de oportunidades para todos.